Basílica de San Marcos: Entrada sin colas con terraza + visita guiada

La plaza de San Marcos ha sido durante más de mil años el epicentro de la actividad política y social en Venecia, y su principal atracción es la impresionante basílica de San Marcos. Aprovecha estas entradas sin tener que esperar en fila para visitar este emblemático monumento local y descubre más sobre él a través de un fascinante recorrido turístico.

San Marcos fue convertida en iglesia en el año 828, cuando dos comerciantes sacaron de Egipto el cuerpo de San Marcos escondido en un barril de grasa de cerdo (según la leyenda). Esta misión arriesgada se realizó porque un ángel le dijo a San Marcos que Venecia sería el lugar donde descansaría en paz y los líderes venecianos no estaban dispuestos a permitir que el ángel fuera recordado como un mentiroso.

Desde aquel momento, la iglesia ha sido erigida, desmantelada y erigida de nuevo. Actualmente, la basílica de San Marcos no solo destaca como el principal templo de Venecia, sino que también figura como uno de los más notables exponentes de la arquitectura bizantina a nivel mundial.

Esta excursión guiada a la Basílica de San Marcos te revelará los secretos de la República de Venecia y te deslumbrará con la grandiosidad de esta preciosa basílica.

En este recorrido explorarás el entorno de la región, la historia de la República de Venecia y el interior de la magnífica basílica.

La catedral no es solo un sitio de adoración, toda la iglesia parece resplandecer con la luz del sol gracias a los 8,500 metros cuadrados de mosaicos relucientes (muchos elaborados con láminas chapadas en oro de 24 quilates colocadas en la parte posterior del cristal para representar la luz divina). A tu alrededor descubrirás una infinidad de detalles brillantes y lujosos que te demostrarán el gran poder y la riqueza que alcanzó la República de Venecia.

Después de disfrutar un rato de la iglesia, podrás regresar y dar otro paseo por la Piazza San Marco.

Llegado el momento y una vez nutridos de sabiduría y buen gusto, es hora de deleitar el estómago con las "cicchetti" (tapas) venecianas, pues, después de haber saciado el alma, toca satisfacer el paladar.