Palacio, Jardines y Laberinto de Hampton Court: Entrada

Literalmente "adecuado para un monarca": no es sorprendente que este gran y lujoso complejo fuera la residencia favorita del decadente Enrique VIII. Con guías vestidos de la época, un terreno extenso y elegantes apartamentos para deleitar la vista, seguramente este lugar también se convertirá en uno de los favoritos de su familia.

El Palacio de Hampton Court dejó de ser residencia de la familia real británica en el siglo XVIII, aunque en esa época era un sitio de mucha acción. Este palacio de ladrillo rojo a orillas del Támesis era el núcleo de la corte real. Actualmente, representa una oportunidad estupenda para adentrarse en las vidas de los integrantes de la realeza y los aristócratas que solían visitarlo.

Le informamos que dispone de más de 60 acres de jardines, seis acres de edificaciones barrocas de la época de los Tudor y 750 acres de parques, por lo que es fácil sentirse abrumado. Si necesita algunas indicaciones para comenzar, asegúrese de visitar las enormes cocinas (desde donde se satisfacía el insaciable apetito de Enrique VIII), el Gran Salón con su techo de vigas dobles, donde la compañía de Shakespeare - los "Hombres del Rey"- actuaba para el rey Jaime I, y la galería de arte Cumberland, con obras de Caravaggio, Rembrandt, y muchos otros.

Vale la pena también visitar los Apartamentos Reales. Hay seis rutas temáticas entre las que elegir para explorar el lugar. No se dispone de mucha información para las visitas sin guía, así que lo ideal es optar por una audioguía o unirse a uno de los tours gratuitos conducidos por un historiador vestido de época.

Si el clima es agradable, tómese un momento para explorar completamente la propiedad: hay 60 acres de jardines y 750 acres de áreas verdes. El laberinto de jardín, encargado por Guillermo III en 1700, es un desafío bienvenido y entretenido.

Catalina Howard (la quinta esposa de Enrique VIII) fue capturada y encarcelada aquí, en la Galería Encantada, como castigo por el cual protestó con gran fervor. Fue finalmente ejecutada por adulterio en la Torre de Londres. Tan descontento por esta situación como lo estuvo por todos los otros castigos sufridos, su espíritu decidió volver a Hampton Court y hacer escuchar sus lamentos por siempre.

¿A quién se le puede perder una cocina de chocolate? Pues al parecer a los españoles. Al menos en el pasado. Las Cocinas de Chocolate de Hampton Court, donde nos encontramos, estuvieron extraviadas durante muchos años y han sido redescubiertas recientemente. Han reabierto sus puertas en febrero de 2014. Construida para Guillermo y María alrededor de 1689, es la única cocina real de chocolate en todo el Reino Unido. Allí se puede incluso copiar una receta de chocolate de la época georgiana y presenciar en vivo cómo se cocina con chocolate.